14 de julio de 2013

El precio de nuestros discos

Por Rafael Francisco Góchez
Director de Balada Poética

No siempre son bien vistas las explicaciones como esta, pero en el medio cultural en que nos movemos son necesarias.

Determinar el precio de una obra musical plasmada en un disco compacto o CD no es tan fácil como sumar costos de producción y un porcentaje de ganancia, porque aun cuando dichos costos son reales, en nuestro medio muchos de ellos generalmente no son remunerados.

Del principal, que es el derecho de autor © copyright, en el campo de la música y la literatura un compositor o escritor salvadoreño usualmente no recibe regalías porque no hay industria disqueras o editorial que comercialice su producto a niveles rentables, lo cual genera un efecto en cascada. Cuando la producción es autofinanciada, la aspiración más razonable es no tener pérdidas.

Del mismo modo, las horas invertidas en arreglos y ensayos de producciones originales tampoco reciben pago, porque aunque también son trabajo, se hacen sobre la base de iniciativas personales y colaboraciones por amor al arte.

Si bien el estudio de grabación y mezcla ya no cuesta tanto como en décadas anteriores, pues gracias a la tecnología digital es posible minimizar los costos en este ámbito, esto no significa que sea gratuito; pues una grabación, aunque “casera”, no se hace de la nada (piénsese en el costo del equipo implicado: PC potente, consolas, módulos de sonido, instrumentos, etc.).

Llegados a este punto, la realidad es que al ver el producto ofertado mucha gente cree que una o todas las cosas antes mencionadas se produjeron a costo cero, y valora el disco compacto en lo que constituye el valor físico estimado del medio en que se le presenta: el disco en sí, la etiqueta, el estuche y el plástico que lo sella, muchas veces comparándolo con los CD y DVD piratas que se encuentran por todas partes, tanto así que no pocas veces cualquier precio que exceda a un dólar les parece caro.

Por otra parte, si bien el precio de un disco de música así presentado no debería ser inferior a los diez dólares, por temas culturales creemos que este precio aún no es posible en nuestro medio.

La solución que por el momento hemos encontrado es proponer el disco a US$ 5.00 enfatizando en que su adquisición es un gesto de apoyo al grupo, mismo que agradecemos con el mismo entusiasmo con que hacemos la música.